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El cielo por sábanas...un mundo y mucha gente por descubrir

domingo, 16 de mayo de 2010

El arte del silencio


Muchas veces basta una mirada. ...Una mirada sostenida. Tus ojos sobre los ojos del otro.
Adivinar el significado de esa mirada. Leer más allá de la pupila. Se quiere decir muchas cosas, pero hay que aguantar.....
Apretar los labios. Permitir que las ideas circulen sin que salgan al exterior.
Alargar el espacio entre las preguntas y las respuestas. Dejar que los músculos se dibujen en el rostro. Esperar una señal de alerta.
Mantener la respiración. ......Piensa que el otro también piensa. ....Analiza.... Espera.
La economía de las palabras: Una virtud que no es exclusiva de la clausura en los monasterios.... Un juego que practican los que saben hacerse los locos. Los que entienden que no todos los interrogantes necesitan una respuesta.
Es verdad que la solución no siempre llega al abrir la boca. ¿Por qué decirlo todo?
¿Por qué no conservar en el interior una dosis de lo que se piensa? ¿Por qué no convertir en secreto algunas de las ideas que hacen su aparición sin previo aviso, al menos con la ilusión de que el tiempo las madure y las transforme en ideas más duraderas?
¿Por qué no entender, de una vez, que la palabra jamás logrará ser tan rápida como el pensamiento? ¿Y que no todo lo que cruza por la mente puede convertirse en palabras?
Entender.... que también se puede hablar con el gesto. Que… el silencio a veces grita.
Se guarda silencio en los hospitales, en las salas de velatorios, en los actos solemnes… Se guarda silencio por pudor, por respeto, por dolor... Se guarda silencio por el dolor que es incapaz de convertirse en llanto.
Silencio cuando el llanto se agota, y agota al que llora. Habría que aprender a callar sin otro motivo que la propia voluntad. Callar para escuchar. Callar para mirar. Callar para aprender. ......Callar para callar.
Callar, para convertir el silencio en un cómplice. Para saber si el eco existe. Callar, porque no todo lo que nos conviene escuchar nos lo dicen al oído, con la intimidad de una confesión secreta, con el volumen de un grito, con el acento de las grandes revelaciones.
Callar, para comprender que el silencio es el antifaz de los sonidos más hermosos… “Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra”....Lo dijo Clemenceau.
¿Puedes dar una silenciosa sonrisa?...... ¡Es muy bonita!

7 comentarios:

  1. A mi me gusta como suenan las sonrisas. El sonido es parte del ritual.

    Un saludo

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  2. Callar a veces es comodidad, cobardía o simplemente monotonía, el hartarte de siempre decir lo mismo, el no querer hacer daño a las personas que quieres o el tener que repetir de forma sutil lo que quieres que la otra persona entienda sobre tí, sobre lo que te pasa y nadie ve...por eso callas.

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  3. Un silencio dice más que las palabras.
    Un abrazo y reflexiva entrada.

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  4. Prefiero el silencio, que una frase mal escogida en un mal momento.

    Besos

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  5. A veces el silencio dice más que cualquier palabra, e incluso un gesto o una mirada lo dice todo.
    Es cierto, el silencio puede llegar a ser un arte.
    Un beso Trobin.

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  6. Todo es cuestión de administrar los times. Soy bastante conversadora pero me encanta disfrutar de los silencios, sola y acompañada. No es necesario cubrir huecos con bla bla sin sentido que molestan y cargan.

    Una sonrisa silenciosa para ti, claro que sí.

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  7. Por supuesto Ana Rosa. Voy a tratar de escribirte ya que me dices que si estoy de acuerdo te escriba a ese email.
    Un abrazo.

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